Albert Camús, (1913-1960) ensayista, novelista y dramaturgo francés considerado uno de los escritores mas importantes de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en Argelia en 1913 obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1957, siendo El Extranjero (1942) una de sus obras mas importantes
Su vida y obra están marcadas por tres acontecimientos: huérfano de padre a los 3 años, sufrió la tuberculosis a los 17 años de la que nunca se recuperó completamente y su mujer era adicta a la heroína.
Si he de ser sincero, en primer lugar diré que no me ha gustado esta novela. Y ahí quizás estoy tirando piedras contra mi tejado porque me dirán: “pero hombre! Se trata de un escritor, Premio Nobel ,de una obra reconocida…etc”
De acuerdo con los comentarios, pero… a mi lo que me atrae de un libro, es que durante el tiempo que permanece a mi lado, me pida inconscientemente que aproveche cada momento, de cinco, diez … quince minutos de parada en las actividades diarias para volver junto a él y seguir adelante en la aventura en la que cada libro nos sumerge. Lo que busco es que provoque en mi esa ansiedad por la que volver a cogerlo cada vez que haya una oportunidad. Volver a abrir el libro en aquella página señalada donde se quedó y devorar las palabras, entrando de nuevo a formar parte de la historia y personajes a los que ya sientes como parte tuya.
Es verdad que este libro de Camús, me hizo sentir la ansiedad de avanzar, pero con la vana esperanza de que la acción se desarrollase de una manera mas activa. Es decir, de que realmente sucediera algo. Pero…el protagonista de esta sátira al existencialismo, narrada en primera persona, Meursault, es un hombre de vida rutinaria y sencilla, cuya felicidad se basa precisamente en esa rutina, que nada altera y por ello no es el prototipo ideal esperado para dar una mayor acción a la novela.
Ni la muerte de su madre, que él ve como algo normal, ya que tampoco le suscita sentimientos de dolor, ni un asesinato en el que se ve envuelto, como autor del mismo, ni la posterior encarcelación y juicio, en el que los demás personajes juzgan su vida y su falta de tristeza y piedad mas que su acción, parecen alterar a Meursault, al que lo único que le importa es su rutina habitual, la misma que encuentra en la cárcel, por lo que tampoco en ella se siente mal. Ni la posibilidad de matrimonio, ni la muerte de su madre ni su encarcelación son situaciones que realmente preocupen o angustien a Meursault.
Es una de esas obras que “han de leerse”, pero personalmente no es una de mis favoritas, aunque Camús sea Camús y el existencialismo ( movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual) sea un fenómeno de indudable importancia cultural y filosófica.