He criticado desde el primer momento la tragicomedia llevada a cabo por el Fiscal General del Estado y dirigida por ZP, en el caso del etarra De Juana: “ahora te suelto, ahora no. Ahora te duchas con tu novia, ahora no. Ahora te obligo a comer y ahora no…”
Hemos asistido a momentos bochornosos que nos han hecho sentirnos avergonzados de la actuación de la justicia en España y en concreto del que debería ser Fiscal General y que en realidad es una marioneta en manos del gobierno.
Celebro con todo mi entusiasmo la “vuelta a casa” del sanguinario asesino. A la única casa en la que alguien como él puede estar, a esa prisión de la que nunca debería haber salido.
Sin embargo, este regreso a prisión, que me alegra como español, como persona de bien y como alguien que se siente total y profundamente solidario con los familiares de las víctimas dejadas en el camino por este asqueroso personajillo de ultratumba, siento un total desasosiego ante la manipulación de la que todos somos víctimas.
Vamos a ver, señores, ¡esto es un cachondeo!
La justicia es un patrimonio de todos los ciudadanos y no puede ser manipulada al antojo del político de turno en base a sus expectativas de poder ni a sus sueños redentores.
El espectáculo que nos ha ofrecido este gobierno con el hombre de paz, y con el asesino etarra durante una temporada, para una vez rotas la negociación atribuirles el calificativo de hombres malos, no es tolerable en un país serio del mundo.
De Juana es un ser repugnante, que por desgracia hemos sufrido en España, y que en las últimas semanas por obra y gracia de la nefasta política ventajista de ZP se había convertido en centro de portadas y comentarios y para algunos de sus secuaces en símbolo de sus reivindicaciones. Desayunábamos, comíamos y cenábamos sabiendo si había o no comido, si había o no paseado y si había o no retozado con su novia.
Nos han intentado vender como normal lo que en ningún lugar del mundo ni de nuestra inteligencia, es normal. Y ahora, de repente, tras el esperado fracaso (sólo zp y seguidores creían en ello) del mal llamado proceso de paz, en lugar de proceso de rendición, decide zp aplicar la justicia a su antojo. Ahora zp ha decidido que los que antes eran buenos, según él, ahora ya no son buenos (algo que ya sabíamos todos los demás) . Ahora son malos y los manda de vuelta a la cárcel.
Me alegra profundamente la decisión de sus reingresos en prisión y podría pensar, como dice el refrán que “rectificar es de sabios”, pero desgraciadamente ni veo una rectificación, ni por supuesto veo un sabio al frente del poder. Lo único que veo es a un Presidente del Gobierno que piensa que administrar justicia es parte de sus atribuciones y que hace y deshace a su conveniencia política, y eso es algo que me parece gravísimo.
Tan grave como la actitud de esos representantes judiciales, cuya misión debería ser, desde una posición de total independencia, aplicar la ley con todo el rigor posible y con el mayor celo profesional y que en vez de hacerlo, se pliegan a los deseos del Presidente del Gobierno.
Lamentables tejemanejes de zp en el ámbito judicial, en beneficio propio, tomándose atribuciones que no le corresponden con el único propósito de su propio beneficio personal y político. Lamentable así mismo, actuación del Fiscal General , que no deja de ser una simple marioneta, eso si, resentida y partidista, en manos de su “jefe”, para el que “trabaja”, en lugar de hacerlo en beneficio de todos los españoles.
En este país la justicia es un cachondeo!