Reconozco de antemano que hasta ahora no tenía grandes argumentos ni a favor ni en contra de la Monarquía.
He de decir que si bien la figura tanto del Rey Juan Carlos como la de la Reina Sofía me parecían dignas de crédito, sin embargo, no conseguían ganarme para la causa monárquica la multitud de noticias del resto de los componentes de la familia real, esos que todos tenemos en mente, que a decir verdad no me importan lo mas mínimo, aunque me molesta que se aprovechen de su situación
De D Juan Carlos, había admirado su impulso para poner en marcha un sistema parlamentario y democrático, en un momento histórico difícil, aunque ello 1le supusiera acusaciones de perjuro y traidor por no cumplir los compromisos pactados con Franco.
A partir de ese momento la historia personal del Rey ha estado llena de luces y sombras, de adhesiones y críticas . Mayores han sido, sin embargo, las adhesiones y el reconocimiento popular, que las descalificaciones.
La rápida actuación del Rey de España en asunto tan peliagudo como el “23-F” puso de manifiesto, por si quedaban dudas, su inquebrantable voluntad de llevar a cabo la democratización de España y su interés para tratar de poner a nuestro país en el furgón de cabeza de los países mas avanzados.
No soy pro monárquico pero tampoco estoy en contra de la monarquía. El problema de la república es que al final tendríamos como presidente a otro “ilustre” político. Sin dudar nos pondrían a un Felipe González, a un Peces Barba…o vaya usted a saber que otro personaje, que me hace desestimar la bonanza de esa opción.
El problema de la Monarquía es que al ser hereditaria ¡Dios sabe, con lo que hemos de lidiar!
A la vista de las tensiones acrecentadas en esta legislatura, se ha puesto de manifiesto la necesidad de una figura que ha de estar por encima de los políticos del momento, de una figura que garantice la unidad e indisolubilidad de España.
De D Juan Carlos he echado en falta en los últimos tiempos, su falta de determinación pública para decir, señores, con la unidad de España no se juega. También he echado de menos su falta de igualdad en el trato hacia los representantes del socialismo de ZP con respecto a los representantes liberales del PP.
Esa falta de igualdad en el trato me ha llevado a dudar en muchos momentos no sólo de la institución en sí, sino también de la propia figura del monarca, quien además no se ve ayudado por las múltiples noticias de todo tipo que giran alrededor suyo y de su familia.
Pero por fin ha aparecido el Rey. Ha hecho lo que todos habríamos hecho. Bueno no todos, ya que ZP aunque defendió a su rival doméstico ante los ataques desproporcionados del dictador venezolano, desde mi punto de vista adoleció de falta de firmeza. Alabo su actitud, pero critico su falta de firmeza ante tantas ofensas a un ciudadano español elegido democráticamente por los españoles, sobre quien el dictador Chávez no tiene autoridad moral para ofender.
Y fue Don Juan Carlos, quien ante la falta de energía de ZP, que trataba de hacerse oír, salió en defensa de España y mandó callar al ofensor.
Dijo las palabras que todos habríamos dicho en ese momento “¿por que no te callas?” para acto seguido dejar de manifiesto que no estaba dispuesto a permitir que se insultara ni a España ni a los Españoles..
Tuvo que ser el Rey, y ahora se criticará que un Rey no puede comportarse así o asá…, que no fue una contestación muy protocolaria esperada de un monarca, que si fu que si fa… pero hoy al menos tengo algo claro, tenemos un Rey que nos defiende, que no se achanta, que si hay que decir basta, lo dice, que se hace respetar. Por ello hoy se ha ganado mi admiración y la de otros muchos españoles que estamos hartos de que individuos como Chávez, Ortega o el monarca marroquí nos tomen por el pito del sereno…..
Que el Rey está siendo utilizado por ZP en esta fase final de la legislatura para ganar esos votos que criticaban su falta de españolidad, no hay duda. El viaje del los Reyes en estos momentos de convulsión política, en el que la izquierda critica el uso de los símbolos nacionales en interés partidista, a Ceuta y Melilla , así nos lo ha dejado ver.
La corona es un símbolo de los españoles y al igual que la bandera y el himno representan nuestra unidad, nuestro orgullo y nuestro honor.
Por tanto bienvenido sea el uso de estos símbolos que refuerzan nuestra unidad por parte de los partidos políticos.
Pero no nos engañemos aunque ZP de repente parezca haber recuperado parte de su identidad nacional, y con ello consiga engañar a algún ingenuo de última hora, si gana las próximas elecciones, volverá a las andadas, a sus pactos tripartitos, a sus alianzas con los que nos insultan.
Parece que al menos de momento… siempre nos quedará el Rey si es que ZP no le da el finiquito.