12 marzo 2007

Hay lugar para la esperanza

La manifestación del pasado sábado ha sido uno de los momentos mas importantes y transcendentes de nuestra joven e imperfecta democracia. No voy a entrar en las descalificaciones que los portavoces gubernamentales hacen de la misma, ni en la discusión sobre la cifra de asistentes. Simplemente voy expresar mis sensaciones que seguramente sean similares a las de los cientos de miles de personas que allí nos congregamos. No se si fuimos dos millones, o dos millones cien mil o …lo que si se, es que no fuimos “solamente” trescientas mil personas como anuncian los vociferos demagogos. Desde la Puerta de Alcalá a Cibeles y desde Cibeles a la Plaza de Colón incluyendo la calle Génova y las calles colindantes a Colón no cabía ni un alfiler. Gente educada, de todas las ciudades de España, en un ambiente festivo. No hubo mas insultos que los esperados a batasuna y eta a los que me sumo sin ningún rubor. Se pidió la dimisión de ZP sin llegar en ningún caso al insulto, siendo “mentiroso” el único adjetivo que se le atribuyó. Y mentiroso no puede considerarse como insulto para alguien que ha hecho de la mentira su forma de vida y gobierno, que manipula y trata de engañar a la población, y que jamás dice la verdad. Personalmente eché en falta en la manifestación, muchos otros adjetivos que yo me permito dedicar, también sin ningún rubor, a ZP, como serían cobarde, traidor, enemigo de España, demagogo,… pero he de decir que una vez mas la población española me demostró a mi también que está muy por encima de los políticos nefastos y por supuesto muy por encima de mí. Jamás ví una manifestación tan grande y con tanta corrección. Jamás ví en mi vida tanto amor a la patria reflejado en las cientos de miles de caras que se cruzaban en mi vista. Nunca antes percibí tanto orgullo al portar la bandera nacional y tanta alegría y emoción en los ojos de la gente al grito de ¡ Viva España¡. No recordaba tanta pasión y emoción como cuando la gente en un mar de millares de banderas rojas y gualdas tarareaba el himno de España. Rajoy representó un papel fundamental de hombre de estado, por encima de los discursos partidistas e insultantes a que nos tiene acostumbrado el mundo político. Representó la ilusión, la unidad, la esperanza. Se encarnaron en él las palabras y sentimientos de tantos millones de personas que por encima de todo, somos españoles, que nos importas un rábano las peleas políticas y que sólo queremos a nuestro país, por encima de todo. Había jóvenes, y adultos y me emocionó ver el ardor con el que las mujeres de cualquier edad alentaban a los asistentes a cantar por España y a enarbolar la bandera de todos los españoles. La gente mas joven, siempre la mas activa, repetía una y otra vez que “estaban aquí, no en el botellón, porque les importaba España” No hubo banderas del PP, yo al menos sólo ví una y al portador de la misma la gente de alrededor le indicó que estábamos ahí por España y no por el PP. Acto seguido fue recogida por el portador enarbolando con alegría otra de España: Y vi las ganas de la gente al gritar ¡viva España¡, liberándose de complejos para poder expresar el orgullo de sentirse españoles. Sus caras reflejaban el orgullo del que se siente importante en un país importante. A la gran mayoría de los españoles lo único que nos preocupa es nuestro país, nuestros valores, dignidad y prosperidad. Lo demás no son mas que palabrería usada en lenguaje político y demagogo para intentar manipular a los menos preparados. Cuando aparecieron los representantes políticos que residen en el País Vasco, fueron vitoreados, porque ellos si que representan la valentía y la unidad, ellos son el ejemplo en el que todos nos debemos mirar. Porque es muy fácil decir que no al terror desde Madrid, Alicante o Cáceres…, es muy fácil plantar cara a los asesinos y amenazadores desde Madrid, ya sea de manera oral o escrita, pero no es tan fácil hacerlo allí en Vascongadas, ni en esas tierras donde los enemigos de España están alrededor y preparados para la agresión. Son estos políticos como tantas personas de a pie que mantienen sus ideas y su amor por la libertad y por su patria los que son los verdaderos héroes. Me sorprendió y es algo que la gente ha de percibir, la sinceridad y valentía de una de las madres de los dos últimos asesinados por eta, en la T-4 . Y digo que me sorprendió su valentía, porque manifestó entre lágrimas de emoción contenida, recordando a su hijo asesinado, que se sentía engañada por el presidente ZP, el mismo que le había prometido tras el atentado terrorista, que se haría justicia. Y como decía ella, la justicia hecha fue soltar a un asesino de eta, al peor de ellos. ¿También ella, persona humilde, ecuatoriana, víctima del asesinato de aquellos con los que el gobierno negocia es una manipulada por el PP? ¿También ella como dirían López Garrido y Blanco representa a la extrema derecha española? ¿O la realidad es que ella como las otros familiares de las mil víctimas de eta no son sino un escollo, una piedra en el zapato de ZP para impedirle proseguir su política de rendición? La manifestación no excluía a ninguna víctima del terrorismo, de cualquier tipo. La manifestación era contra la negociación con los asesinos y por la unidad de España y si ahora alguien alega que no se mencionó a las víctimas del 11-M es porque su sectarismo es tan insoportable como su falta de inteligencia. Algo está cambiando en España, aunque a un precio demasiado alto. Algo está haciendo movilizarse a la sociedad, la idea de que ningún presidente del gobierno está legitimado ni a parchear ni a rendir a nuestra nación a su antojo. Nadie, aunque haya sido elegido a través de las urnas puede jugar con los valores fundamentales de los españoles ni con nuestros sentimientos. No estamos dispuestos a que nos engañen, y si la democracia limita nuestra participación a votar cada cuatro años y después se espera por el poder político que estemos calladitos y obedezcamos cual rebaño de ovejas, no estamos dispuestos a aceptar este papel. Estaremos siempre dentro de la ley, cumpliremos lo que se espera de nosotros como ciudadanos pacíficos. Jamás traspasaremos la fina línea que hay entre el bien y el mal, pero no vamos a permitir a quien nos gobierne, sea de la tendencia política que sea y represente a los millones de votantes que represente, que venda nuestra nación y se deje extorsionar por los asesinos y por los enemigos de España. Si hay que salir a protestar lo haremos. Si hay que salir a decir que no, también lo haremos. No nos importan las veces que sean necesarias, no nos importan las condiciones meteorológicas, no nos importa que se manipulen a posteriori las cifras y se mienta. No nos importa que nos insulten. Somos españoles y estamos orgullosos de serlo. Somos españoles y nos importan un rábano las peleas políticas por el poder. Queremos dirigentes que protejan nuestros valores y nuestra unidad y que procuren el bienestar para los ciudadanos. No queremos mentirosos, ni cobardes ni secretos de alcoba con mafias, ni exclusiones políticas de partidos democráticos Queremos que la voz de todos aquellos que respeten las normas, acaten las decisiones mayoritarias y rechacen la violencia sea escuchada, pero no estamos dispuestos a dejar que el terror, el chantaje y la fuerza de la sangre nos doblegue, porque amamos España y lo que significa y porque por esos ideales estamos dispuestos a pelear. El pueblo español ha demostrado que aunque pareciera dormido, aunque pareciera manipulable, aunque pareciera cómodamente instalado, no está dispuesto a pasar de ciertas cosas y todo ello invita a la esperanza.