22 septiembre 2006

Benedicto XVI

En los últimos días se ha producido una gran polémica por unas supuestas declaraciones de Benedicto XVI. En una visita a su antigua Universidad, Benedicto XVI, trata de explicar , la relación entre la fe y la razón, y para ello, parte de las relaciones originarias entre fe cristiana y filosofía griega. En su discurso, señala que cristianismo y helenismo, fe y razón confluyeron en su momento de manera ejemplar, y para desarrollar su argumentación, cita una conversación entre el emperador bizantino, Manuel II y un comerciante persa. El primero, cristiano y el segundo musulmán. Manuel II es el ilustrado griego al que escandaliza la pretensión de impulsar el desarrollo de una religión mediante la fuerza de las armas. No es un anti -musulmán. Él ha sido educado en el racionalismo griego, y el rechazo de la razón para llegar a Dios, mas bien al contrario, el uso de la sinrazón de la violencia le escandaliza. Para un helenista el uso del diálogo y la razón es la base de la convivencia y el camino para encontrar a Dios, tal y como propugnaba la filosofía de Sócrates, Aristóteles o Platón. Manuel II en un momento de la conversación dice al comerciante persa: “muéstrame aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás sólo cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba” Estas palabras de la cita expuesta, manipuladas y sacadas de contexto, han sido usadas para crear una gran polémica Evidentemente, el discurso del Papa continúa con una gran profundidad. Mi simple mención a este punto, es para indicar que se trataba de una conferencia a cierto nivel dentro de una universidad de filosofía y teología, dirigida a personas con cierta preparación intelectual, y no al alcance del ciudadano medio actual que no usa el cerebro para pensar, sino simplemente para calcular como llegar a final de mes, y se estruja las neuronas , buscando esa combinación mágica que le permita ganar las quinielas o mejor aún , la bonoloto. Y ya si se nombra a Sócrates, Aristóteles y Platón, rápidamente se asociará a jugadores de fútbol brasileños. (no en vano hubo un buen jugador brasileño llamado Sócrates) Y es precisamente este ciudadano sin interés por la cultura clásica ni por el desarrollo intelectual, el que se permite criticar las palabras de Benedicto XVI, sin haber entendido un ápice de su discurso, mejor dicho sin haber leído una sola frase del mismo. Aparecen numerosos políticos y periodistas de probado escaso nivel intelectual haciendo recomendaciones a Benedicto XVI para que pida excusas, e intentando excusar sus palabras.
¿Excusas por qué? El Papa ha intentado explicar una serie de conceptos y para hacerlo se ha referido a una cita, sin hacer suyas sus palabras, simplemente, una cita para poder argumentar su punto de vista. ¿ y por eso hay que pedir perdón? Es curioso señalar que muy pocas personas de un cierto nivel intelectual, sólo aquellos de claras tendencias partidistas, se hayan atrevido a hacer recomendaciones a Benedicto XVI. La gente inteligente suele leer las cosas antes de opinar. La mayor parte de los que han criticado las palabras de Benedicto XVI, no han leído ni el título del discurso del Papa, simplemente hablan después de oír “radio macuto”. Por otro lado tenemos las críticas islamistas, en las que se exige al Papa respeto hacia el Islam, a la vez que queman muñecos rociados con gasolina, que representan al Santo Padre, o se queman iglesias o se asesina a religiosos. Se indignan por que dicen que el Papa ha asociado al islam con la espada, cuando ellos usan escopetas, y bombas para provocar sus masacres anunciando que el Islam entrará a sangre y fuego en Roma. Y al que escribe versos que ellos denominan satánicos o dibuja a Mahoma los amenazan de muerte. Asistimos perplejos a una situación curiosa: por un lado los cristianos no somos capaces de plantarnos y decir hasta aquí hemos llegado, dejándonos pisotear y avergonzándonos de reconocer nuestras creencias. Por otro lado los islamistas, (y parto de la base de que la gran mayoría son buenos creyentes) tienen una minoría, aumentando significativamente, que pretenden imponer sus creencias por la fuerza, a golpe de sangre. Y la gran mayoría de buenos creyentes musulmanes, de gente religiosa, al igual que los católicos, también calla y no dice nada. Tenemos así un Occidente, cobarde, falto de valores y de ética, incapaz de reconocer sus creencias que se encuentra más cómodo criticándose a si mismo, y un Oriente Medio, islamista donde el fanatismo de una parte acalla a la mayoría y proyecta una imagen de recelo y por que no decirlo de rechazo hacia ellos por parte del resto de la comunidad internacional. Y el Papa, que intenta explicar las diferencias de criterio entre ambos mundos, un Papa cuyo objetivo es el respeto y el entendimiento a partir del propio respeto a las creencias, un Papa que denuncia los actos irracionales cometidos en nombre de la fe, ………. ¡es ahora el malo de la película!
Para la progresía, la religión es algo irracional y por ello ni pueden ni quieren entender que el Papa identifique a Dios con la razón, no pueden comprender que el Papa lo que realmente busca es el diálogo, que los progresistas tanto predican, entre las diversas religiones, entre los diversos mundos, pero que entiende que ese diálogo ha de hacerse a través de la razón.